
La novia de la corona de flores de cera
Cambiamos de estación con una boda de estilo otoñal y un reportaje emocional, natural y divertido. ¡No os lo perdáis!
¿Quién dijo que el amor de infancia no era duradero y real? la boda de Bárbara y Luis viene a demostrarlo con su noviazgo. Se conocieron en la adolescencia y 9 años después decidieron darse el sí quiero.
Para el gran día Bárbara confió tanto para la peluquería como en el maquillaje en el equipo de Ángela Navarro. Cuando vas viendo el reportaje de Click10, es imposible quitarle la mirada a su peinado. Y es que su larguísima melena morena, daba pie a llevar un peinado de altura. Como es el caso de esta trenza con nudos intermedios y pequeñas flores decorativas. ¡Impresionante!
Para el maquillaje se decantaron por la naturalidad en casi la totalidad del rostro pero con un toque especial, un ahumado en los ojos con una pincelada de azul.
Su vestido, firmado por Sole Alonso tenía todo lo que buscaba Bárbara. Un traje de novia de corte camisero con escote en pico y sin mangas confeccionado en crep. Lo especial de este vestido era la bonita camisa que se ponía por encima con la cual se lograba un efecto dos piezas.
La nota de color la pusieron los bordados florales de By Lunebylle basados en azul marino – como su anillo de pedida – y ocres para que tuviera un hilo conductor con la estación, el otoño.
En cuanto a las joyas, no dudó en lucir su anillo de pedida. Un precioso anillo con un zafiro natural azul y brillantes de oro blanco de Aguayo junto con un anillo antiguo de su abuela con mucho significado.
Una de las piezas más singulares de su look, fue la corona de flores de cera de Le Touquet, la firma por excelencia de este tipo de tocados. Una pieza hecha de forma manual que lució de maravilla.
Para seguir con la estética azul marino del bordado y el anillo de zafiro, añadió unos salones clásicos de ante azul de la firma Scandal.
El ramo de aspecto silvestre se lo hizo su wedding planner, Begoña Ariño, de Llega Mi Boda. Un ramo al que le añadieron un lazo ancho de terciopelo azul oscuro-grisáceo en el tallo. Por estos detalles tan especiales se consideran los ángeles de la guarda de las bodas 😉
La Parroquia de la Inmaculada Concepción fue el templo escogido para dar el sí quiero. El motivo original y sentimental a partes iguales fue que se prometieron en esa zona tan señorial de la ciudad, cerca de El Palacio Real.
La decoración floral de la Iglesia se basó en magnolios, eucalipto, olivos y margaritas rojizas para el interior, y brezo y madroño para la entrada.
Una ceremonia muy sentimental con una entrada espectacular gracias a la compañía de los otros dos hombres de la vida de Bárbara. No faltaron las fotos mostrando templanza ante el altar, sonrisas y hasta caras de sorpresa y emoción nada más salir de la Iglesia.
Radiantes de felicidad, Bárbara y Luis se marcharon hacia el lugar de celebración. La finca Quinta de Jarama, un espacio donde tuvimos el placer de llevar a cabo hace meses una sesión fotográfica de invitada y donde os confirmamos que su equipo humano no puede ser más agradable y profesional.
Una vez allí, se tomaron unos minutos con el equipazo de Click10, quienes supieron sacar lo mejor de la pareja: sentimientos, complicidad y ¡diversión por doquier!
La decoración de la finca estaba medida al detalle, todo obra de Llega mi Boda, quien durante 9 meses se sumergió en las pasiones de la pareja para lograr un entorno personalizado hasta el más mínimo detalle. Para él, el mundo marítimo y para ella los perros.
Cuando cayó la noche, los invitados pasaron al salón principal para degustar la exquisita gastronomía del catering propio de la finca, con el que todos disfrutaron.
Justo después de comer, llegó uno de los momentos más emocionantes para todos los asistentes. Los novios invitaron a un grupo de amigos cercanos a tocar algunas canciones. ¡Una sorpresa sin precedentes!
Aprovechando la atención de todos los invitados, era el momento de entregar los ramos a las afortunadas. En este caso se entregaron tanto a sus madres como a la hermana pequeña de la novia.
Lo cierto es que estos novios no eran muy de vals, y por ello prefirieron bailar en este momento la canción All the pretty girls de Kaleo. Una melodía que la sentían más suya que el clásico vals.
Espero que os haya gustado esta nueva boda.
Un beso, Ana.